lunes, 25 de enero de 2016

23. Lo que mi sonrisa esconde

25 de enero de 2016


Sus labios callaron hasta el día de hoy.

Carolina cerró sus labios tres años. Así quedó todo… Entre disfraces ocultando mentira tras mentira.

 Ella Quiso cerrar un capítulo de su historia para no repetirlo jamás. Cierto es que no le gustaba dejar las cosas a medias, es más lo odiaba, pero no podía seguir construyendo aquellas líneas que tanto le dolían.

Esa noche la luna estaba llena, llena como la madrugada que el le dejo escrito en whatsapp:

- Si estuvieras despierta te diría que salieses a ver la luna, 

Brillaba como nunca y su brillo hacía que una aureola la enmarcará como si de una pintura se tratase.

Ella estaba despierta, no podía dormir y salió a verla.

Después de una despedida dulce el se iba, el lunes se iba, se iba a su sueño, y la que no sabía si volvería era ella. Era todo tan complicado que nadie podría lograr entenderlo. Ni si quiera él, para el que era su mejor amiga.

A veces es mejor que la gente te recuerde por sí misma y no porque se les incite al recuerdo.

Carolina creyó que era mejor no darle sus cosas para su viaje, las cosas que pensó que Marcos llevara para su suerte y para que no la olvidase, una mariquita que ella guardaba desde pequeña y un pequeño colgante de un barquito con estrellitas que estaba metido en un imperdible que su abuelo le dio cuando era niña. Pensó que lo mejor era no dárselo, primero porque no sabría si lo traería de vuelta y segundo porque si él no hacía lo que ella le pedía en la carta que le escribió junto a sus cosas, se llevaría una desilusión; en cambio si se acordaba de mi ella sin llevar nada ni “obligarlo” a hacer nada sería porque la echaba de menos realmente.

 Somos humanos y nuestros recuerdos forman parte de nosotros, deja que se creen solos, ellos crearán tu historia.

Durante los días que estuviese fuera solo quería  que le hablase cuando él lo precisase, que le escribiese cuando se acordara de ella y así cuando volviese ella ya  lo sabría todo. Todo estaría más claro.

No quería que le mandase fotos, no quería verlo, quería que cuando ella fuese por primera vez todo fuese nuevo, que no le contase nada. Solo con un estoy bien, te echo de menos o un te quiero escrito o en audio le bastaba. Ella lo echaría mucho de menos, y él ya lo sabría. Le desearía lo mejor para su viaje, que disfrutase ante todo, pero que sus ojos no lo viesen.

En estos días ella se haría más fuerte, lo necesitaba, necesitaba que él se fuera unos días como iba a hacer, sabiendo que no estaría con ninguna otra. Necesitaba tiempo para ella, para ubicarse, sin estragos en su cabeza, para saber qué hacer con su vida. 
Tiempo para estar tranquila y no siempre pendiente de él, tiempo pata no coger el teléfono mirando su conversación, si estaba en línea, o si la dejaba en leído. Tiempo para ser feliz sin él.

Le dolía que hiciese ese viaje sin ella, pero si las cosas pasaban así era porque así debían suceder.

A la mañana siguiente ella tenía una entrevista de trabajo para su puesto soñado, lo que tanto tiempo había estado esperando, pero no sabía si estaba más nerviosa por ello o por el viaje de Marcos. 

Aquella noche fue eterna, tenía un nudo en la garganta, los ojos le brillaban mas que nunca y un dolor en el pecho que le presionaba muy fuerte pero todo lo que sentía lo escondía bajo su sonrisa.

El se iba, ella se quedaba, pero era la que no sabría si volvería. Quizás fuese la hora de emprender su viaje.


Mi pequeña Nueva York. Carolina. 

Pd:

Hoy vuelvo a escribir, Cuando te viene la inspiración no puedes hacer otra cosa. 

miércoles, 6 de mayo de 2015

22. Entre disfraces

Whatsapp. Grupo.

Carolina: ¡Niñas! esta tarde café como dijimos ¿no?
Paula: ¡Por mi si!
Ester: Yo es que tengo comida familiar con los padres de este y se alargará…Pero os aviso en cuanto acabe para ver si seguís por ahí.
Nuria: ¡Yo sí!
Alba: Joder que envidia me dais, ¡ojalá estuviera allí para achucharos a todas y lameros!
Ester: jajajaja, tu como siempre Alba, ¡coño vente ya y deja los fríos del norte!
Carla: Yo no puedo, tengo la tarde liailla con este. Sorry.
Miriam: Mi hermana y yo vamos al cafele. 5,30 ¿Dónde?
Nuria: ¿Vamos al central no? Que nos pilla a todas más o menos a medio camino.
Carolina: ¡Venga!

17:30

-Joder que frío ¡Vamos ya huevonas! Míralas por donde vienen…

- ¿Bueno que planes tenéis? ¡Contadme! A parte de casaros y esas cosas… jajaja

-Si, sobre todo eso, yo la primera…

- Aquí la primera que se casa es Ester, ya veréis.

-Anda que no, ya mismo tenemos boda, aunque mira tal vez Carolina se nos adelante…

- Uf, que va, quita quita, estoy a gusto tal y como estoy, la verdad que muy ilusionada, pero nada que luego me estampo… Aquí vamos a dejar a Ester que siga adelante y listo.

- Oye… ¿Y en carnavales que tenéis pensado hacer?

- Ay pues a mi me gustaría ir a Cádiz este año, que nunca he estado! ¡Me gustaría vivirlos allí!

-Eso es una puta locura nena, tú no sabes cómo se pone eso, el frío que pasas…Y más si haces ida y vuelta el mismo día.

- Tía no, sería reservarnos un hostal aunque sea y dormir allí.

- ¡Yo lo veo!

- Tu es que te apuntas a un bombardeo Pau, luego allí seguro que has quedado con veinte mil personas.

- Jajaja, ¿Qué le hago?, ¡hay que disfrutar!

- Bueno pues pensemos disfraz y vamos, pero lo suyo sería ir todas…

Y ahí es donde se dejan muchos planes…en simples palabras, que es lo que pasa en la mayoría de los grupos grandes de amigas, se dice de hacer mucho y al final acaban haciéndolo dos y ni eso. Es normal, conforme se va creciendo cada una va haciendo su vida, y no es que no estén pendientes unas de otras o no quieran saber de ellas, es que la vida empieza a darnos un papel que desempeñar y va quedando menos tiempo libre, aunque a veces sabemos que muchas de ellas prefieren hacer planes con su pareja, eso a veces es triste, porque solo se valora la amistad cuando la pareja ya no está.

Whatsapp:

Marcos: Gordita ¿Cómo vas?

Carolina: ¡Hola gordito! Bien, estoy de café con estas, luego si quieres nos vemos, que estaré por el centro.

Marcos: Vamos hablando, que estoy liado, vale?

Carolina: Tu siempre estas liado, sabes que no me gusta dejar las cosas en el aire, además tengo muchas ganas de ti…

Marcos: Es que estoy con estos que vamos a organizarnos para irnos a Cádiz y no se a que hora acabaré, además esta noche trabajo.

Carolina: Ah, ¿Te vas a Cádiz? No lo sabía… Bueno pues nada, ahora me vas diciendo tu.

(Y otra vez lo de siempre, ella cedía una vez mas a los antojos de Marcos)

Marcos: Sí, queremos disfrazarnos y nos iremos un día a liarla bien.

Carolina: ¡Que guay! ¡Yo quiero!, estoy intentando convencer a estas para irnos disfrazadas.

Marcos: No, tu no vayas, porque eres muy pequeña y aquello no trae nada bueno, es una plaza de llena de borrachos.

Viendo que Carolina no le contestaba tras 20 min Marcos insistió

Marcos: ¡Guapa!

Marcos: Veo que no contestas, a saber que estarás haciendo…Tu sabrás…

Cuando Carolina leyó esto le entro el pánico, como que “tú sabrás” que palabras eran esas a ella, que siempre ha estado tras él y que era él el que tenia cosas que esconder.

Carolina: Gordito estaba ocupada con estas, no puedo estar todo el rato con el móvil, ya sabes que me parece una falta de respeto hacia los demás. 
Si aquello no trae nada bueno entonces ¿Por qué vas tu?

Marcos: Pues a mi me contestas, no es una falta de respeto. A saber si estas con estas o con “estos”. 

Evadiendo ya el tema de los carnavales, el se centró en que Carolina estaba con chicos.

Carolina: Eres tonto ¡eh! Ains este niño… si sabes que no tengo ojos para nadie más.

Eso era lo malo, que el sabía perfectamente que Carolina se rendía a sus pies si hacía falta.

Pero haciendo referencia al dicho: “Se cree el ladrón que todos son de su condición” eso era lo que le pasaba a Marcos, una persona es desconfiada si la misma lleva a cabo acciones que son de desconfianza. El podía hacerlo, Carolina no, bajo su punto de vista.

Las personas desconfiadas suelen serlo porque anteriormente han vivido experiencias o situaciones que les han llevado a desconfiar o que incluso ellas mismas hacen, y por eso no se fían nunca de los demás así se lo demuestren ante sus ojos una y mil veces.

(1) Se dice que las personas desconfiadas presentan un trastorno de la personalidad, caracterizado principalmente por la presencia de desconfianza excesiva e injustificada hacia los demás y suele ser mas frecuente en el género masculino que en el femenino.
Normalmente son personas que siempre han sido desconfiadas, mal pensadas, recelosas, que siempre piensan que los demás les intentan regañar o perjudicar de algún modo.
Por esto suelen estar alerta de todo lo que los otros dicen o hacen, interpretando, muchas veces sin motivo, que se trama algo contra ellos.
siempre están bajo sospecha buscando un motivo y no creen en la lealtad de los otros, piensan mal de los desconocidos, incluso de sus personas mas allegadas.
Son reservados, no confían en nadie, ya que si se dejasen conocer mejor, los demás sabrían como perjudicarles, según ellos.

Su trato, su afectividad, suele ser extremadamente fría, distante y calculadora de la que se suelen enorgullecer. No permiten que los demás descubran sus sentimientos, y se avergonzarían profundamente si, en un momento dado, alguien pudiese verles emocionados o con comportamientos que impliquen cierta ternura.

Difícilmente son capaces de lograr lazos verdaderamente sanos, sencillos, abiertos, naturales, espontáneos y sinceros. Por el contrario, estos suelen ser fríos, distantes, rígidos, tensos, reservados, interesados, y artificiales.

En este tipo de personalidad, los celos suelen ser extraordinariamente frecuentes. La desconfianza se extiende también a esta faceta en sentido muy amplio.
Suelen tener siempre en la cabeza la posibilidad de que su pareja les pueda engañar en todos los planos, no solamente en ele afectivo o sexual, sino también en el económico, con los hijos, etc.


Así se mostraba Marcos, frío, distante y calculador, sin mayor intención de mostrar sus sentimientos mas profundos y siempre guardándose algo tras sus espaldas.
Cosa que Carolina nunca vería y sus labios callarían.

Días después, cuando Marcos ya se había asegurado de que Carolina le afirmase que no iba  a de carnavales y entre ellos todo iba bien.

Whatsapp:
Marcos: ¡Buenos días gordita!
Marcos: Imagen
Carolina: jajaja ¡no me puedo creer que vayas a ir así disfrazado! ¡Marcos eres un auténtico pollo!  
Marcos: jajajaja, mola mil, mi sobrino se ha asustado al verme.
Carolina: No me extraña, me has dado miedo hasta a mí.
Marcos: Ya voy de camino a Cádiz, acabamos de subir al bus, ya te iré contando, quito los datos que me quedo sin batería todo el día si no. Un besito gordita.

Y ahí se quedo el tema, no se preocupo ni una sola vez de Carolina, ni de preguntarle qué haría en todo el día ni si quiera si estaba bien, el solo estaba tranquilo porque Carolina no iría a los Carnavales ya que el plan con sus amigas se había quedado en lo de siempre…Palabras.

Carolina envidiaba en muchos aspectos a Marcos, el hacía todos los planes que quería, tenía montones de amigos, nunca paraba, no daba explicaciones de nada a sus padres y tenía todo lo que quería porque su sueldo se lo permitía, mientras que ella aún no había terminado su carrera y viviendo bajo el mismo techo de sus padres no podía salir de casa sin dar una explicación, estaba muy cansada, pero no podía llevar otra vida de momento hasta que no pudiese vivir por sus propios medios. y esto la hacía sentir inferior a el en muchas ocasiones. 

Aún quedándole la duda de si Marcos “haría algo” en Cádiz con otras chicas, Carolina le deseó lo mejor.

Whatsapp:
Carolina: Disfruta gordito y bébete unas cuantas por mí, te echaré de menos. :*

Los dos disfrazaban su personalidad, por no mostrarse tal cual eran.

Sus labios callaban porque es lo que sucede cuando se está enamorada, la venda en los ojos y a su merced los antojos.

1.       Información sacada de esta página web: http://mercaba.org/Delgado/Personalidad/1-09.htm

jueves, 15 de enero de 2015

21. Todo está bien.

Whatsapp:

Marcos: Hola, como estas?
Carolina: Hola, bien, en clase.
Marcos: Bueno entonces te dejo.
Carolina. ¿Quieres que hablemos luego?
Marcos: Si, luego hablamos mejor.
Carolina: ¿Y si nos vemos un ratillo?
Marcos: Vale, ¿Te apetece que comamos juntos?
Carolina: Ok, ¿cuando salga de la facultad voy para tu casa?
Marcos: Si, vente, compramos un pollo asado.
Carolina: Ok, sobre las 2,30 estoy allí.
Marcos: Ok, un besito.

-Me parece fatal que hables con el Carol, ¿Ahora qué quiere? Que le pica ¿no? Es eso y encima mira que romántico…un pollo asado… como sabe conquistarte…

- No se Luci, pero tampoco ha pasado nada grave…

- Ya lo estas excusando… yo no sé que te ha dado a ti con este niño… y con su pollo. En fin, vamos a acabar la practica y la entregamos ya.

- Yo ya tengo el cuadro del excell. Te lo paso y lo hacemos en tu ordenador.

- ¡A ver las dos rubias cacatúas de atrás, que se callen por favor!


14:45

Whastapp:

Carolina: ¡Vamos! ¡Sal, que estoy en tu puerta!
Marcos: Voy, no te muevas de ahí.

Diez minutos mas tarde...

-¿Y esa cara?

- No se, es raro que después de tres días de no hablarnos este delante de ti tan normal.

-Pero a ver si tampoco ha pasado nada… ¿no? No somos nada Carolina.

- Ya, tienes razón, pero me sienta mal. ¿Cómo te sentirías tú?

- Anda déjalo pequeña… ya esta, lo pasado, pasado está, todo está bien. Vamos a ir a por el mejor pollo asado del mundo, seguro que nunca lo has probado, vamos, es aquí al lado.

Y callo…y trago saliva y siguió…como si nada le afectase, porque por muy enfadada que estuviera, delante de el se volvía endeble y lo único que quería es que la abrazase y le dijera: "Todo está bien", ya estoy aquí. Cosa que solo surgía en la mente de Carolina.

Había perdonado una cobardía, la primera huida de él ante una situación como la que había pasado.

- Pero, ¿Qué tiene ese pollo para ser tan especial? Jajaja ni que fuera un manjar de dioses.

- Cuando lo pruebes vas a ver, es con salsa de almendras, se me hace la boca agua. Me recuerda a cuando era pequeño que iba todos los domingos a por ese pollo con el y lo comíamos en casa.

- Entonces es por el recuerdo que tienes asociado con el pollo, no porque el pollo este tremendo.

-¡Que no niña! Que eso es una exquisitez.

-Bueno lo probaremos… pero como no me guste…

- Si te va a gustar.

16:40

-          ¿Qué? Buenísimo ¿no? Porque has dejado el plato limpio.

-          Jajaja sí, he de decirte que estaba bastante bueno, tenias razón.

-          Vente anda, deja eso ahí, vente conmigo.

-          ¿Quieres siesta verdad?

-          Jaja, si, ¿se nota no?

-          Si. Anda recojo esto un poco y nos echamos un ratillo.

-          Si, pongo el despertador, que tengo que ir después a comprarle comida a la Chinchilla, ¿te vienes?

-          Si, ahora vemos. Pon una peli y nos echamos.

Ella siempre estaba dispuesta a hacer cualquier plan con él, por simple que fuera y es que lo que importa es con quien compartas el momento, no importa donde, pero al parecer eso solo estaba a vista de ella, para él era un pasatiempo mas, un “qué hacer con quien para no ir solo”, muy distinto al “ir con él” de Carolina.

Días atrás había pasado miedo, miedo por perderlo y pensar que nunca mas le diría de hacer algo juntos.

Cuantas veces nos equivocamos en este sentido, hacer cosas con otra persona, compartir momentos hace que la vida sea de una forma u otra y no por no estar solo, si no porque esa persona te importa, ya sea un amigo/a, una pareja o tu propia familia. Aprendemos a estar solos para algunas cosas al igual que para otras lo hacemos acompañados, y no debemos confundir el ser independiente en la vida, se puede ser de igual forma y compartir momentos, al fin y al cabo somos personas y hay lazos y vínculos que nos estrechan.

Carolina pensaba que su vida no podía “ser” sin ser compartida, tenía miedo a quedarse sola, a no tener a nadie a quien contarle sus cosas al llegar a casa, al caminar por un parque sola sabiendo que al destino al que llegaría también estaría sola. Y sola no se refería a una pareja, si no a su propia familia, amigas/os, quedarse sola y no tener a quien decirle el día de mañana: “Mi jefe es un cabrón”.

Eso si, quien realmente quiere compartir un momento o una vida, no huye, se queda y afronta.

En la vida realmente estamos solos, nos hacemos solos y al morir nos quedamos solos, el compartir momentos nos dan felicidad “momentánea”, pero eso es a lo que llamamos vivir, a los pequeños momentos que nos dan la felicidad y por los que ponemos ilusión y seguimos día a día, el hacer planes, el querer crecer, querer viajar,  querer adquirir conocimientos,  conocer gente, querer vivir.



Lo que sus labios callaban era que quería compartir toda su vida con él, como si no se acabase nunca, como si todos los días después de una siesta sabía que harían algo mas, esa ilusión le hacía volver a creer en el amor, en la amistad que hay antes de un amor y en cerrarle más los ojos ante tanta adversidad, pensando que podría hacerlo cambiar antes de que volviera a huir.

lunes, 12 de enero de 2015

20. Primer asalto


Whatsapp:

Marcos: ¿Gordita, sales esta noche?

Carolina: Pues no saldré gordito, estoy agotada y mañana debo madrugar y estudiar para los exámenes, que empiezo en dos semanas

Marcos: Pero bueno si es sábado, ¿Seguro que no sales?

Carolina: Seguro que no, ¿y esa insistencia? ¿quieres que salga?

Marcos: Hombre, por verte… No sé…

Carolina: Pues esta noche no podrá ser…

Marcos: Bueno, pues otra vez será.

Carolina: Voy a mimi ya, pásalo bien y ten cuidado, escríbeme cuando llegues a  casa. Te quiero.

Marcos: Si preciosa, descansa. Yo también te quiero.


08:56

Marcos: Buenas noches princesita, ya estoy en casa, espero que estés soñando conmigo, la noche ha estado bien, me lo he pasado bastante bien, había muchísima gente. Que ganas tengo de verte y comerte entera. Te quiero.

09:00

Carolina: ¡Uy! Por un pelín no te he pillado despierto, ¡que rabia! ¡Que tarde te has acostado hoy! Habéis apurado muchísimo. Voy a ponerme a estudiar, me alegro de que te lo hayas pasado bien,  descansa mi niño, luego nos vemos. Te quiero.


18:00

Whatsapp:

Marcos:¡Buenos días gordita!

Carolina: Menudo marmotilla estas hecho.

Marcos: me encanta dormir, ya lo sabes J



Celia: Gorda, ¿tienes un momento para hablar? ¿Estás con Marcos?

Carolina: Claro que tengo un momento gordi, estoy sola, dime.

Celia: Veras, yo sé que mucha gente desconocida te ha mandado imágenes todo este tiempo de Marcos, e igual me meto donde no me llaman, pero debo decírtelo, ¿Él trabajo anoche, verdad?

Carolina: Si, en la principal.

Celia: pues a ver, esto debes aclararlo con él porque ojos que no ven… pero es que estuvo en su sala Luisete, mi ex, y lo pillo un par de veces hablando con una muchacha muy cerca, a la que le tocaba el culo y con la que se fue por la mañana, me ha mandado fotos, te las mando, espera.

Carolina: ¿Cómo? No puede ser verdad, mándame las fotos que las vea.

Celia: Voy, las hizo el, que estaba delante en el momento y no se movió de allí para ver como actuaba Marcos.

Carolina: ¡Envíamelas ya! ¡Me va a dar algo!

Celia le envió dos fotos, una de ellas dentro de la sala, en la que se veía perfectamente a una chica rubia, pelo largo, bastante rellenita y la mano de el cogiendo su culo, y hablando al oído, mientras él estaba en el escenario de la sala pinchando; y la otra caminando hacia la salida de la sala, a plena luz del día, los dos de espaldas con los abrigos puestos y un sol que resplandecía.

Celia: Carol, ¿Estás bien? Creo que deberías hablarlo con él antes de nada.

Carolina: si Cel, estoy bien, no me lo esperaba, la verdad  y más después de estos días que hemos estado tan bien,  voy a intentar hablar con él, a ver si podemos quedar y mejor a la cara, que por aquí se malinterpretan las cosas.

¿Sabes si Luisete conoce a la chica?

Celia: No, no la conoce, y si la conociese ya le hubiese dicho algo anoche, lo único que me ha dicho es que era muy fea de cara y bastante mayor.

Carolina: Bueno eso me consuela, a ver que me dice el.




Marcos: gordita, estas muy callada, ¿Qué haces?

Carolina: ay perdona, es que estoy haciendo mil cosas, oye quieres que quedemos y merendamos juntos?

Marcos: pues es que sigo en la cama y no he comido si quiera aún, tengo que ducharme y comer y luego ir a llevarle los platos a un colega para pinchar.

Carolina: ah bueno, oye y, ¿anoche que tal? No ligarías mucho no?

Marcos: que va, si yo paso de las tías.

Carolina: Ah ¿si? Pues es que no me han dicho  lo mismo.

Marcos: Mmmm ¿ya estamos con paranoias? Ya sabes que la gente habla mal de mi, hay mucha envidia, ¿Qué te han dicho?

Carolina: con quien te fuiste esta mañana al salir de trabajar?

Marcos: ¿por qué me preguntas eso?

Carolina: me han dicho que te vieron salir con una chica.

Marcos: ¡Venga ya! Lleve a una amiga a su casa porque estaba lloviendo y no tenía coche. ¿Quién te lo ha dicho?

Carolina: Marcos no te creo. No me mientas, fue lo único que te pedí, no somos nada y lo único que quiero es que no me mientas.

Marcos: no te miento y no debo darte explicaciones, ¿Por qué no me crees?

Carolina: Tengo fotos y no llovía esta mañana

Marcos: mándamelas, quiero verlas.

Carolina: no, no te las voy a mandar.

Marcos: quien te las ha mandado?

Carolina: alguien de confianza.

Marcos: dime quien o me enfado.

Carolina: no tengo porque decírtelo, y se que es verdad, acabas de mentirme.

Marcos: no es verdad, no he dormido con nadie si es lo que quieres saber, lleve a mi amiga a su casa y punto. No hay més que hablar. A saber qué haces tú acostándote tan pronto algunos días y nunca te digo nada.

Carolina: no me puedo creer que me digas esto, Marcos estudiar y no mentirte como tú. Ya me había avisado mucha gente de cómo eras, llevo meses recibiendo fotos tuyas de gente que ni conozco y padeciendo en silencio, pero esta vez ha sido de alguien de confianza, no sé como puedes ser así.

Marcos: Pues asi soy, lo siento. Me voy a seguir durmiendo, ciao.

Carolina: marcos, ¡coge el teléfono!

Marcos: Deja de llamarme. Adiós.

El quedo por encima, una vez mas, huyendo de la situación.

Dejo a carolina como a las locas, tratándola como tal y dejando la conversación donde y como el quiso.

Era la primera vez que tenia pruebas, de confianza, de una situación en la que la habían intentado meter en varias ocasiones. No sabia como actuar, tenia tanto por decirle, pero no pudo.


Esta vez sus labios volvieron a callar, sin poder decir más palabra y tragándoselo todo en silencio en su habitación hasta que el quiso, sabiendo que aun podía estar con ella en la misma cama. Lo que ella no vio fue que asi actuaban los cobardes, huyendo e intentando cambiar los roles.

jueves, 18 de diciembre de 2014

19. Oídos sordos

Muchos de los mejores momentos y que mas recordaremos cuando seamos padres o abuelos son los que nos da día a día nuestra familia, nuestro más allegados, ya que son ellos los que han estado ahí desde el primer día que vinimos a este mundo y estarán hasta que nos vayamos. Mucha gente cree que la Navidad es tiempo de cenas familiares, de reuniones con tu tío que no ves desde la navidad pasada o la vieja aquella que se supone que es tu tía abuela y que te mira con cara de haba, y de regalos y no es así. La familia se debe reunir siempre que pueda y no porque sea navidad, no tiene porque ser en esa fecha, cada día al lado de los tuyos puede ser especial, cada día se puede hacer un regalo sin necesidad de que sea material y puede llegar mas profundo que en esas fechas tan señaladas,  lo que sí es cierto es que en Navidad los vínculos son más fuertes y la Navidad nos hace a todos mas humildes dentro de lo que cabe.


Whatsapp:

18:30

Marcos: Gordita ¿sales en noche buena?
Carolina: Pues la verdad es que no entiendo yo esa nueva moda, yo en noche buena nunca he salido, porque ceno con mi familia en mi cortijo y nos quedamos todos juntos hasta las mil cantando y bailando.
Marcos: y tarde buena ¿tampoco?
Carolina: pero bueno ¿Por qué tengo que salir? Jajaja, no, yo soy muy tradicional. ¿tu si sales?
Marcos: tarde buena si, porque por la noche justo después de cenar siempre trabajo, salgo por la tarde, ceno y me voy a trabajar.
Carolina: am, entonces tiene algo de mas sentido. Por cierto ¿te apetece que nos veamos luego un ratito para cenar?
Marcos: pues es que ya he quedado con mis amigos. Mañana si quieres cenamos.
Carolina: pues te digo mañana, porque igual tengo que ir a ayudar a mi madre a preparar cosas para la cena del 24.
Marcos: vale, pues vamos hablando. ¿Le has escrito la carta a los Reyes ya?
Carolina: Si, ¡tenemos que dárnosla! ¡Que si no nos pilla el tren!
Marcos: Pues mañana nos la damos sin falta, y en fin de año… ¿Sigues con el plan de la casa y los tíos no?
Carolina: vale. Si, no tengo otro plan y ¡el año pasado me lo pase genial!
Marcos: ¿Cuantos tíos van a esa casa?
Carolina. Ay Marcos, no lo sé, no soy la relaciones publicas de la fiesta, pero ya te lo dije ayer, que no tenias que preocuparte, que yo decidí estar contigo y en el momento en el que a mí se me pasara otra persona por la cabeza te lo diría y se acabaría, no te voy a engañar porque  no me sale ser de esa condición, y de momento estoy muy a gusto contigo, debes confiar en mí y dejar esos celos enfermizos de lado.
Marcos. No son celos enfermizos, te vas de fiesta, con mil tíos seguro y a saber lo que hacéis con la borrachera, conozco a los tíos, soy uno de ellos, ¿Qué pensarías tu si te dijera que me voy de fiesta a una casa y que van tías?
Carolina: A mí esa clase de tíos que van a ver qué pillan me dan asco… ¿Sinceramente crees que voy a hacer algo? Sabes cómo soy.  Tu no hace falta que me digas eso, trabajas en ello todas las noches y precisamente no soy Miss celosa, si no ya estaría como los perros echando espuma pos la boca.
Marcos: bueno ya esta, haz lo que quieras .No eres mi novia.
Carolina: ¿Qué pasa? cuando ya llevo razón te enfadas y me dices haz lo que quieras y lo arreglas quitándote del medio con un “no eres mi novia”?
Marcos: No
Carolina: me acabas de dar la razón. La gente se entiende hablando y tu te quitas.


A veces damos demasiadas explicaciones a gente que ni si quiera se molesta en contestarnos a otras cuestiones, las damos porque queremos hacer ver a otras personas lo que vemos nosotros mismos, y eso jamás va a ser así, nos importan demasiado y lo hacemos una y otra vez. Explicaciones que muchas veces entran por un oído y salen por el otro, ya que normalmente se las damos a personas que no nos escuchan y solo escuchan lo que quieren escuchar, dando de lado todo lo demás que le digamos, quedándose con lo malo, personas así demuestran un carácter fuertemente egoísta, cerrado, testarudo  y de poca confianza y es mejor no entrar en su juego, porque da lo mismo, ellos siempre saldrán ganando. no demos tantas explicaciones, quien de verdad confía en nosotros no las necesita, y si después de haberle demostrado cosas sigue sin confiar es que ni si quiera confía en si mismo/a.

Pero Carolina se rendía ante sus pies una vez mas… pasadas unas dos horas de dureza extrema de no hablarle, de mirar mil veces su conversación y mantener los dedos quietos, no pudo más y se autoculpaba.

20:40

Whatsapp:

Carolina: No te enfades gordito, de verdad, no quería que pasara esto.
Marcos. Ya te he dicho que no me enfado, estoy con mis amigos, luego hablamos.
Carolina: vale, pásalo bien, te quiero.

Hasta el día siguiente no volvieron a hablar.

Esa noche Carolina durmió a medias, culpándose de ir a una fiesta con tíos como el le decía, habiendo dado explicaciones sin tener que darlas, porque como él decía no eran novios, y rebajándose después pidiéndole perdón, pero Marcos mas se subía a su trono. Y ella empezaba a dudar si realmente había estado con sus amigos todas las veces que le había dicho que estaba con ellos o estaba con otras. Dudaba pero enseguida se quitaba la idea de la cabeza.

Las cosas se solucionaron al día siguiente durante la cena, a la que Carolina asistió, dejando a su madre con su hermano para preparar las cosas de la cena de navidad, después de que Marcos se levantase resacoso a las siete de la tarde.

Durante la misma, hablaron y carolina decidió ir a pasar el fin de año con sus amigas, sin tener que engañar a Marcos, es lo que había y “no eran novios”.


La noche de fin de año Carolina disfruto con sus amigas, en la casa de los mismos chicos con los que había estado el año anterior, amigos que conocía desde su época del instituto y con los que se llevaba muy bien, buenos amigos. Bailaron hasta altas horas y hasta desayunaron, mientras Marcos trabajaba en la sala donde también se celebraba una gran fiesta. Ellos dos estuvieron en constante contacto durante la noche hasta que Carolina se fue a casa sobre las 10 de la mañana y Marcos sobre esa hora se fue de after, cosa que a Carolina no le hacía mucha gracia, pero tenía que tragar y entre que estaba agotada de toda la noche, con frio y con un poco de resaca ya, durmió e intento olvidar. 

Y al contrario que él, volvió a callar sus labios nuevamente sin reprochar nada.

18. Se cree el ladrón...

Whatsapp:

Grupo:

Miriam: Joder, ya estamos otra vez con la misma historia de todos los años… ¿Qué vamos a hacer en fin de año?

Loreto: Siempre nos pasa igual… A una semana y sin plan.

Carolina: Yo de discotecas paso ¡eh!

Nuria: Yo me voy al pueblo chicas, sorry.

Carla: Y yo con paso esa noche en una casa rural con Alex, así que conmigo no contéis.

Paula: Yo tampoco quiero disco, lo suyo sería que tuviéramos una casa como el año pasado.

Loreto: Voy a preguntar a los niños del año pasado, que creo que hacen algo en la misma casa y me dijeron algo la última vez que los vi.

Miriam: Ahí nos lo pasamos súper bien.

Paula: Si, ¡eso! , ¡Pregúntales!

Carolina: en cuanto sepas algo nos dices.

Loreto: jaja, ya lo sé, me acaba de responder, dice que si hacen la misma fiesta, que estamos invitadas. ¡Asi que ya tenemos plan! ¿Quién se apunta?

Paula: ¡YO! ¿Puedo avisar a Cris?

Carolina: ¡y yo!

Miriam: Yo también, se lo voy a decir a Alba, que me dijo que la avisase.

Loreto: ¡Yuhuuuu! ¡Qué ganas!

Carolina: Niñas dejo esto, que estoy en clase, luego hablamos! ¡Os quierooo!

Whatsapp:

Marcos: Nena ¿no estás en clase? ¡Cierra esto!
Carolina: Jajaja, si a eso iba, ¿Qué haces tan temprano despierto?
Marcos: Tengo que hacer cosas, ir al banco y demás. Anoche me quede hasta las tantas montando el Belén, ya te lo enseñaré.
Carolina: ¿Ya lo tienes montado? ¡Yo quiero verlo! ¡Ah! ¿Quieres que comamos juntos?
Marcos: Vale, cuando salgas de clase te vienes a mi casa y vemos donde vamos.
Carolina: ¿Y qué tal si te hago algo de comer?
Marcos: ¿Algo como qué?
Carolina: ¿Has probado los burritos?
Marcos: Pero eso lleva verduras ¿no? Eso no me gusta.
Carolina: Se pueden hacer sin verduras, hazme caso, confía en mí,  ¡que te van a gustar! Bueno te dejo, cuando salga voy a tu casa directa.
Marcos: Vale, pero como no me gusten veras, te vas a llevar unos azotes, por mala… jajaja Un besito  gordita.
Carolina: Jaja, ¡justo lo que yo quería! Un besito gordito.

Carolina: Mamá hoy no como en casa, voy a comer con Marcos y tengo clase esta tarde asi que llegare tardecillo a casa. Un besito.

Mamá: Vale hija, ten cuidado por favor,  no te entretengas mucho luego y come bien. Un besito.


14:45

Whatsapp:

Carolina: Estoy en tu puerta, ¡abre petardo!

Marcos: Voy. Sube.

-          Había pensado en ir a mi otra casa, pero mis padres hoy trabajan y mi hermana no viene aquí hoy, así que mejor hacemos la comida aquí, que además en la otra hace mucho frio.
-          Vale, pues vamos a comprar algo, si quieres que haga burritos y los hacemos aquí.
-          Pero a ver, explícame que llevan exactamente.
-          ¿No te fías? Nene son unas tortitas de maíz y tu las rellenas con lo que quieras, nosotros le podemos echar carne, queso y algo más que te guste, las almendritas le dan un toque crujiente.
-          Mmmm… creo que si me gusta, ¿almendrillas? ¿Le podemos echar alguna salsa? Pero que no sea blanca.
-          Claro,  para que me crezcan las tetillas, como dice mi abuela,  jajaja, está bien, ¿le echamos salsa barbacoa?
-          Venga sí, vamos a comprarlo todo, ya me han dado ganas de probarlos. ¡Hoy como burros!
-          ¡Pero qué gandul eres! Jajaja
-          Eso si, después siesta, que estoy reventado, he dormido cuatro horas.
-          Ay el pobre… vale, ¡siesta! Que yo también estoy muy cansada del madrugón.
-          Por cierto, ¿Qué plan tienes para fin de año?
-          Pues aun no es seguro, pero probablemente vaya a una casa con mis amigas, a la que fue el año pasado. ¿tu trabajas? No trabajes y nos vamos por ahí los dos, hacemos otro viaje.
-          Yo trabajo seguramente, ¿Van tíos?
-          Jolin… me hace ilusión hacer algo contigo, pero si no que le vamos a hacer, no me voy a quedar en mi casa y claro que van tíos  y tías, es una fiesta de fin de año.
-          En una casa todos metidos? Qué bien te lo montas ¿no? No me hace ninguna gracia que vayas con tíos.
-          Ay madre mía… ¿Celos? Jajaja, yo te digo una cosa, si quisiera estar con otros hombres no estaría contigo, así que puedes estar tranquilo.
-          No sé, es tu vida, haz lo que quieras, pero no me hace ninguna gracia.
-          Bueno ya veremos.


Marcos empezaba a delatarse por si mismo sin que Carolina se diese cuenta, delicado para comer, no se fiaba de nada y mostraba celos sin motivo, pero Carolina estaba ciega, ciega de amor, sin hacer caso a las señales  y a todo lo que el exterior y gente ajena a ella intentaba hacerle ver.  
Conforme pasaban los días más enganchada a él estaba y mas venda se ponía en sus ojos.
Ojos que solo tenía para él.

Estaba siempre a la espera de un plan con él, ya fuese ir a  llevar un papel a la China o simplemente dormir, y hacia esperar otros planes con sus amigas o familia solo por poder hacerlos con él.  Y quizás estaba dispuesta a no pasar ese fin de año con sus amigas por tal de que no se enfadase.


-          Me gustaría pasar fin de año contigo,

(Marcos no contestaba)

-          Marcos, deja el móvil anda, estoy aquí.

Él con facilidad cambiaba de tema si no le interesaba, porque sabía que ella no le diría nada, tenia poder para persuadirla y evadirla de lo que quisiera.
Y si en manos de otra mujer estuviera le hubiese cantado las cuarenta en mas de una ocasión pero Carolina callaba, no le gustaba pelear, ni discutir.

-          Dios  mio pues si que estaban ricos los burros.

-          Anda ves, si es que si no pruebas las cosas, además te he dicho que te iban a gustar.

-          Ahora quiero comer todos los días esto.

-          Jajaja, bueno al menos ya has añadido algo a tu dieta de Mc Donalds y pollo asado.

-          Si, ahora burritos, será otra de mis comidas favoritas.

-          Ya te iré haciendo más cosas, ¡veras que ricas!

-          Gordita, ¿Recogemos esto, vemos una peli y  nos echamos una siesta arriba?

-          Si, vamos.



Tres horas después:

El ordenador portátil seguía encendido, con la película acabada. La habitación olía a crema de un masaje que le había pedido Marcos a Carolina que le diese.  Suena una alarma mientras estaba acurrucados y abrazados el uno con el otro en la cama, desnudos y sudorosos de haber hecho el amor horas antes. Tapados hasta arriba y con las manos cogidas.


-          Pufff no me acordaba que había quedado con Borja, que vamos a preparar unos temas para un bolo que tenemos este fin de semana.

-          Jolin… bueno, pues acércame a casa y ya te vas con el.

Whastapp:

Miriam: Carolina, ¿Donde estas? ¿Te apetece un café? Hemos quedado todas para hablar de la fiesta de fin de año.

Carla: Nena, ¿Te apetece que hagamos algo hoy? Bajo al centro que tengo que hacer cosas.

Lucia: Amor, necesito tu ayuda para una práctica de eclesiástica, llámame por favor.

Con  mensajes así  en el móvil y  llamadas perdidas se encontraba Carolina cada vez que pasaba horas con Marcos, mensajes que eran respondidos siempre con un “no” ya que era tarde, y durante sus horas con él  no cogía el móvil para nada, para ella el aparatito pasaba a segundo plano. Desactivaba los datos y lo ponía en silencio, para que nada ni nadie la molestase en aquellos momentos.

Que tonta pensareís, se perdió mil cosas por estar con el, pero realmente debería ser  así cuando estamos reunidos con otras personas;
Si se queda con una persona, es porque quieres compartir ese momento concreto con esa persona física, no con las que tengas detrás de una pantalla y si quieres compartirlo con esas, reúnelas a todas en el mismo momento físicamente.

Lo que sus labios callaban era que le estaba dando prioridad a aquello que quería sin saber que por ese lado podía ser traicionada.  Para  el era una bonita amistad, pero ¿Era esa amistad más fuerte que la que sus amigas le tenían?


Ella no era celosa y no aguantaba los celos de nadie, porque cuando se confía en una persona y se está a gusto con ella no tienen porque existir. Y el los tenía, por todo. Pero ella no lo quería ver y callaba.

Se cree el ladrón que todos son de su condición.